Este día trato de no pensar como el día que nos abandonaste, sino como el día que nos dejaste muchas enseñanzas: padeciendo enfermedad, nunca decaíste ni dejaste de hacer tus cosas, siempre estabas con tu sonrisa de oreja a oreja y a los que viste que no obraban bien, los pusiste en su lugar. No te importó el dinero, sólo que tu familia estuviera reunida y en santa paz, aunque estemos en distintos puntos del planeta. Es increíble cómo puedes amar a alguien con tan solo una llamada telefónica y las miles de historias que te precedían. Hoy no estoy triste, estoy feliz, porque me enseñaste miles de cosas que no tengo como agradecerlo.
Gracias a ti comprendí que mis males nunca son tan grandes como mi fuerza de voluntad, que donde comen 2 siempre podrán comer 10, y que el saludar a las personas no te quita ni te hace menos. Siempre estarás en mi corazón como la matriarca de esta familia que sigue uniendo el rompecabezas.
Hoy hace 4 años nos dejaste terrenalmente, pero siempre nos cuidarás desde el cielo. Gracias por dejarme ser parte de ti y de esta familia que día con día trabajamos para parecernos más y más a tu imagen.
Dios te bendiga siempre abuelita Paula Palacios ♥
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