El 2017 fue un año (todo el año) donde hubo ciertos cambios,
en realidad, pensé que el mundo se me venía encima, con más problemas que
soluciones, y no sé, quería un final de novela.
No sucedió… pero si cambió muchas cosas en mí.
En el 2018, decidí hacer cambios chiquitos, pero concisos,
cambios que hacen feliz a mi corazón y serenidad.
No importa cuantos años tengas, siempre date la oportunidad
de conocer nueva gente y crear nuevos círculos.
Lo que importa es que tomes la decisión para crear,
transformar y moldear tu vida.
Recuerda siempre tus prioridades, nunca los abandones.
Les deseo un gran cierre de año y el más próspero 2019 que
puedan imaginar.
Le llaman suerte, pero
es constancia.
Le llaman casualidad,
pero e disciplina.
Le llaman genética,
pero es sacrificio.
Ellos hablan, tú entrena.
Les mando un gran abrazo
Su amiga:
Anagris