miércoles, 25 de septiembre de 2019

Día lluvioso

En 1992, una pequeña estudiante de segundo de primaria, la envió a la escuela la mamá que estaba embarazada y ya casi tenía a ese pequeño hermano. 

La niña se fue a sus clases, bajo una lluvia que azotaba como nunca, en una zona donde no se conocía el pavimento, con sus zapatos cubiertos por bolsas de plástico. 

Pero esa niña no tuvo clases, los maestros no pudieron entrar, pero ella se quedó a jugar.

A una hora prudente, se fue a la casa de sus tíos, a tomar agua y casi a la 1 de la tarde llegó a su hogar.

Mientras, su mamá, estaba enojada, pero tranquila porque había llegado esa niña, si, enlodada, pero con bien.

2 p.m. la mamá se va al seguro, porque tiene contracciones. Las niñas (porque la niña es hermana mayor y la menor estaba en el kinder) se quedan a cargo de unos muchachos que las cuidarían hasta el siguiente día.

Desde ese día, 1 de abril de 1992, he tratado de ser la hermana más cariñosa, comprensiva y responsable, pero no todo se puede... a veces... 

Los amo